La Unidad Nacional para la
Gestión del Riesgo de Desastres contribuye para hacer una Colombia menos
vulnerable, y generar comunidades llenas con mayor confianza.
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Carlos Iván Márquez Director de la Unidad de riesgo |
Bogotá 4 de noviembre de 2012.
Hace un año Colombia se enfrentaba a un reto, apoyar a los colombianos que de
una u otra forma se pudieran ver afectados por eventos naturales. Pero este
apoyo tenía un fundamento esencial que los ciudadanos sintieran y vieran esa
ayuda en menos de 48 horas, sin importar el lugar donde fuera.
El país estaba atravesando por
una situación complicada, como era la temporada de lluvias que había dejado más
de 500 mil familias afectadas, en solo 2011, y más de 700 mil en 2010. Fue
prioridad del Presidente de la República, Juan Manuel Santos Calderón
fortalecer el Sistema de Prevención de Desastres (conocido hasta ese instante
de esa forma) y que en adelante se llamaría Sistema Nacional para la Gestión
del Riesgo de Desastres.
Así creó la Unidad Nacional
para la Gestión del Riesgo de Desastres, Santos Calderón le entregó al país una
cabeza visible que sería, desde el 3 de noviembre, la encargada de coordinar
todo el Sistema Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres. Así nació la
Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres.
Con la puesta en
funcionamiento de este ente, adscrito a la Presidencia de la República, comenzó
la consolidación de todo un aparato administrativo y operativo que permite
(desde ese momento) dirigir la implementación de la gestión del riesgo de
desastres atendiendo las políticas de desarrollo sostenible y coordinar el
funcionamiento y el desarrollo continuo del Sistema Nacional para la Gestión
del Riesgo de Desastres.
Es el trabajo incansable de
hombres y mujeres que trabajan de sol a sol, durante las 24 horas del día, los
siete días de la semana en bienestar de los colombianos que se han visto
afectados por eventos como inundaciones, crecientes, avalanchas, vendavales,
incendios forestales, deslizamientos, o cualquier situación que genere
complicaciones para el desarrollo diario de las actividades de los ciudadanos.
Desde ese momento, 3 de
noviembre, comenzó el cambio y la integración de todos los colombianos para conseguir
la resilencia de las comunidades. Entidades técnicas como el IDEAM, el IGAC, el
Servicio Geológico Colombiano, la DIMAR; operativas y de socorro como la Cruz
Roja, la Defensa Civil, el Sistema Nacional de Bomberos, la Policía Nacional,
el Ejército Nacional, la Fuerza Aérea Colombiana, la Armada Nacional; pero no
sólo el Sistema y la Unidad se quedó allí porque el propósito del Gobierno
Nacional, y las transversales como los ministerios y FASECOLDA.
Pero lo más importante se
habla de la importancia de la ciudadanía y de la manera en que cada colombiano
hace parte fundamental de la Gestión del Riesgo de Desastres y están en el
deber de contribuir al trabajo que realicen las personas que están directamente
implicadas en todo el trabajo que se realiza para ayudar a las comunidades
afectadas.
En un año de trabajo arduo,
pero satisfactorio, han sido muchas las motivaciones que siguen generando que
la vocación de servicio siga siendo ejemplo a nivel regional y del mundo. No
sólo con la ayuda a las comunidades sino en temas de conocimiento y reducción
del riesgo.
Uno de esos ejemplos fue el
del II Simulacro Nacional de Evacuación por Sismo que generó el acompañamiento
de más de 2 millones de personas, quienes comprendieron la importancia de este
tipo de simulacros, para conocer la forma adecuada de actuar. Pero se fue más
allá porque fue la primera vez que en la región (Latinoamérica) un país se
arriesgó a realizar un evento de esta magnitud en todo un país.
Son cientos de ejemplos en el
tema del conocimiento, de la reducción y sin lugar a duda el tema de la ayuda
en las emergencias. Como el caso del Putumayo, que en julio de este año se vio
afectado en más del 60% de su territorio por las crecientes súbitas y lentas de
los ríos que cruzan la región; allí en menos de 48 horas se apoyó a las
comunidades y se les brindó la ayuda requerida.
Otro ejemplo fue en
Sabanalarga (Atlántico) allí cerca de 2 mil familias se vieron afectadas por un
tornado que generó una gran afectación para los habitantes de la región, pero
se demostró, nuevamente que en menos de 48 horas se contribuye a la resilencia
de las comunidades.
En temas como agua y
saneamiento, alojamientos temporales, ayudas humanitarias de emergencia,
puentes peatonales de emergencia, rehabilitación de vías (convenio con el
INVIAS), temas de educación (convenios con el SENA en temas de educación,
viviendas, patios productivos, entre otros); sin dejar de lado el tema de
Cooperación internacional (Memorandos de entendimiento con Ecuador, OFDA, OCHA,
DIPECHO, con Japón, la transferencia de Colombia Humanitaria –creada para
atender las situaciones generadas por las temporadas de lluvias- a la UNGRD,
entre muchas otras misiones que se llevan a cabo.
Misiones que se complementan
con el trabajo desarrollado por hombres y mujeres de los departamentos y
municipios del país, quienes por medio de los Consejos Departamentales y
Municipales de Gestión del Riesgo de Desastres trabajan y ayudan a las
comunidades que requieren de la Gestión del Riesgo.
Y lo mejor es que cada día se
fortalece más y más el Sistema, porque el propósito del Presidente Juan Manuel
Santos Calderón es dejarle al país un Sistema Nacional para la Gestión del
Riesgo de Desastres fortalecido que le permita actuar de forma oportuna en el
momento de ser necesario.
Es un trabajo incansable, un
trabajo que como lo ha dicho el Director Nacional del Sistema Nacional para la
Gestión del Riesgo de Desastres, Carlos Iván Márquez Pérez, demuestra la
voluntad de un país y de un gobierno. Fuente:
Oficina de prensa de
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